Monday, June 4, 2018

Tagliatelle de Albahaca Morada con Salsa de Tomate Crudo







 “Esto es terapéutico para ti” Así dice El Catire de mi obsesión, necesidad, deseo, rutina, espacio de hacer pasta. Hacer pasta me ayuda a pensar.  Es como la caminata larga en la que uno se olvida del mundo. Eso mismo siento cuando estoy pasando la masa por la máquina de pasta. Es tanta la concentración que uno tiene que poner, el cuidado, el cariño. No puedes ir demasiado rápido, ni demasiado lento, tienes que estar atento a que no se formen burbujas de aire, que la masa no se rompa. Hay que jugar con las manos haciendo una especie de malabarismo para espolvorear harina mientras la masa va pasando por la máquina.

Volví a hacer la receta de la semana pasada pero esta vez me quise concentrar en trabajar el sabor. Es que la pasta que es sólo harina y huevo me parece un poco incípida, así que además del huevo le añadí un poquito de aceite de oliva y sal. Pero otra cosa que se ha vuelto mi obsesión son las pastas aromáticas.

Quería hacer algo sencillo porque el viernes fue un día un poco complicado para mí, así que no quise enrollarme la vida más de la cuenta. Decidí hacer una salsa de tomate con albahaca que es la más sencilla, la más sana y además es deliciosa. Llegué al mercado y encontré albahaca morada y me dije, voy a picar la albahaca y la voy a mezclar con la masa y veremos qué pasa.

Según la receta cuando se añaden finas hierbas deberíamos estar entre los 10 y 40 gramos por cada 200 de harina. Yo no llegué a los 10 gramos porque 10 gramos de albahaca fresca es una barbaridad y como era le primera vez que lo hacía no me quería ir de exagerada. La albahaca fresca es muy aromática y una delicia de disfrutar y la combinación con la albahaca verde fue del más allá.

La salsa es muy sencilla, lo que hicimos fue tomar una salsa de tomate crudo y saltearla un poquito con un poco menos de una taza de agua en la que cocimos la pasta. Tomamos unos 600 g tomate, dos dientes de ajo (la receta dice uno pero aquí en esta casa el tema con el ajo es poderoso), sal y pimienta. Nosotros con el perdón de Dios decidimos no pelar los tomates porque nos encantan con piel, pero la receta así lo indica. Al final el cocinero eres tú y tú decides. Lo mezclamos todo en una ensaladera y lo salteamos hasta que el tomate se suavizó un poco y el ajo se doró y salieron todos los aromas. No demasiado porque sino después el tomate empieza a soltar demasiado líquido. Lo mezclamos con la pasta y añadimos el mejor parmesano que pudimos conseguir.

En este punto les aconsejo siempre, en la medida de lo posible, no escatimar con el queso. Hay quesos parmesanos nacionales buenísimos, si es importado mejor. También recomiendo que si lo guardan en la nevera o refrigerador lo saquen un tiempo antes porque debe estar a temperatura ambiente. Yo en mi romanticismo de tenerlo en la temperatura perfecta he perdido quesos buenos porque les salen hongos, es que aquí hay el tema de la humedad es muy variable. Entonces conozcan su cocina y se ajustan como pueden, lo ideal es disfrutar.

Monday, May 28, 2018

Tagliatelle al Cacao con Langostino Veracruzano




Como parte de esta iniciativa que se llama Trattoria 198 dedicada a la cocina, les traigo esta receta de Tagliatelle Al Cacao, con salsa de mantequilla y salvia, y Langostinos. 

Amo la pasta fresca y sobre eso escribiré en otro momento, pero ahora vamos con la receta que es lo que me han estado pidiendo. Había estado usando la receta de pasta Jamie Oliver. Me gusta esa receta, es sencilla y funciona bien, además de que tiene un sabor maravilloso, pero es una pasta para hacer de vez en cuando y no seguido. El problema de su receta es que usa sólo la clara de huevos y nada más y nada menos que doce huevos (en el caso de los huevos que uso tengo que subir siempre a 14 o 16 porque son más pequeños). Claro que él dice que puedes usar las claras para hacer suspiros. Sólo hay dos problemas: 1. Tal vez no me provoca  hacer suspiros. 2. Si le cae un poquito de yema de la clara ya no te sirve para eso. Después de pasar dos semanas comiendo perico de claras y al ver que de verdad quiero hacer pasta de forma recurrente, entonces pasé a otra receta.

Esta receta de Pasta Fresca al huevo es súper sencilla. El crédito lo tiene mi enciclopedia de Gastronomía Italiana editada por Blume:

-       200 g de harina
-       2 huevos
-       Un poquito de sal

Pero esta semana no me pregunten qué me pasó que me provocó hacer algo más elaborado. Entonces me fui por la pasta aromática.  Empecé por cacao. Es una de las cosas que me encanta de la cocina, sobre todo la salada y de la pasta en sí, que puedes darte el lujo de ser creativo e inventar. Así que añadí a la harina 10 g de polvo de cacao. Es importante usar un cacao de muy buena calidad, y yo para esta receta que quedó muy bien usé uno sin azúcar.

Hice el volcán, añadí a los ingredientes secos el cacao y luego los huevos poco a poco. Siempre que hago pasta mido la consistencia, añado más huevo si la veo muy seca y quebradiza y si hace falta un poco de agua. Siempre la dejo un poquito más pegajosa de lo que me gustaría para que cuando la empiece a pasar por la máquina la harina extra no me la seque demasiado.

Mi truco también es pasarla muchas, muchas veces por la máquina. Que se ponga bien suave y parezca casi cuero. No debe estar ni quebradiza, ni pegajosa.

Luego para la salsa: muy sencillo unos 150 g de mantequilla y unas quince hojas de salvia fresca, bien picadita. Mientras más picada mejor.  Es un horror sacarte pedazos de salvia de la boca. No no no. Pique su cosa bien y si le da flojera al pica-todo. Yo como soy exagerada de nacimiento arranco varias ramitas enteras y las añado para luego sacarlas, sólo para darle aroma. Eso más una pizca de sal se derrite a fuego lento. Removiendo bien y yo lo alejo del fuego y lo vuelvo a poner porque derretir la mantequilla es un tema delicado al que todavía le estoy tomando el pulso. Medio de distraes y se te quema. O se te separa y queda terrible. Una vez que todo esté derretido lo mezclas con la pasta.

Yo reservé un poquito de agua de pasta, pero en este caso no lo utilicé. Sin embargo, siempre es bueno tenerlo a mano.

Los langostinos los hice a la plancha, con poquito de aceite de oliva y sal.  No sólo incluí el cuerpo del langostino sino las pinzas que son la parte más suave y más deliciosa. Usé langostinos veracruzanos que no son tan intensos en sabor. Y fue una verdadera delicia. Porque el langostino es versátil y se da bien con los aromas de la salvia y el cacao.

Es una de las pastas más ricas que he hecho…y que pienso seguir haciendo.

Todo esto lo maridé con un vino Australiano blend de Chardonna y Semillón Hardy´s Stamp que me gustó muchísimo y acompañó muy bien nuestro plato.

Y esta fue la receta de esta semana de la #Trattoria198

Un Manual de Supervivencia Cotidiana


No limpio. No lavo. Pero eo sí, no sólo mi batea está siempre a la orden. No soy ordenada. No soy organizada y si te traigo el tip para quitar una alfombra es que ya el gato se hizo pipí tantas veces que está a punto de quedar inservible. Pero hablando de tips yo te puedo traer el que necesitas para entrar a tu casa después de haberte quedado afuera con las llaves adentro, a las siete de la noche, con los niñitos llorando, el perro ladrando y ganas de hacer pipí, a seis meses de haber llegado a vivir un país extranjero.

Come. Bebe. Lee. Son mis verbos.  Me gusta cocinar (y comer). Mi pasión es el vino. Los libros son mi vida.  No tengo tabús. No le temo a habla de sexo. Ni de política. Pero prefiero no hablar de religión porque cada quien tiene derecho a creer en lo que más le ayude a ser alguien feliz y completo. No me gusta la auyoayuda, pero estoy convencida que uno puede ser su peor enemigo. Sí, uno se auto-sabotea, no sólo en la cabina del probador de una tienda de traje de baños, sino a veces cuando le preguntas a la almohada si estarás a la altura de tus sueños.

Me gustaría ser flaca, pero no tengo fuerza de voluntad. No creo en dejar el gluten, ni la azúcar, ni la carne. No creo en correr ni un segundo más de aquel en que empieza a dolerte el costado. Me echo crema para las arrugas pero no sé si están funcionando. Cuando me dicen que no aparento la edad que tengo no sé si lo dicen por cómo luzco o por mi actitud ante la vida. 

Soy grosera. No tengo filtro. Hablo demasiado duro, como Sofía Vergara pero sin las tetas. No soy intensa, soy apasionada. Que sí, al final es una forma de decir intensa. Soy dispersa. Me gusta hablar de política internacional, pero también puedo ver la serie de Luis Miguel. 

Tengo un blog más serio. Aquí comparto esas pequeñas cosas que hacen mi universo y sobre las que quiero elaborar más. Es como una especie de curaduría de la vida. De búsqueda de un espacio para una mujer que quiere ser mujer en el siglo XXI pero no quiere ningún rol heredado que no se parezca a mí. Quiero hacer mi propio camino. Encontrar mi voz. Llegar a ser quien soy. Ser mamá y no perderme en el intento. Lo quiero hacer de esto, no es sólo contar mis historias sino compartirlo para que sea de valor para quien se sienta como yo, hombre, mujer, homo, hetero, sapio o uber sexual. Es que esto no es un blog, es un manual de superviviencia cotidiana.